sábado, 18 de febrero de 2006

El puente aéreo Barcelona - Madrid


Por motivos de trabajo, hago este trayecto con frecuencia, y algo que debería ser un rápido y cómodo traslado se transforma en una penosa experiencia que muchas personas padecemos desde hace bastantes años. Voy a detallar el transcurso de mi último desplazamiento:

IDA.

08.15 - Llegada al mostrador de Barcelona.
09.15 - Hora prevista del primer vuelo disponible.

09.05 - Embarque del primer autobús.
09.20 - Embarque del segundo autobús.
09.50 - Despegue.
10.30 - Vuelo en círculos esperando pista.
10.45 - Aterrizaje.
11.00 - Desembarco de los pasajeros.
11.15 - Salida del aeropuerto.

Resumen: 3 horas sin contar el tiempo de desplazamiento hasta el aeropuerto en Barcelona y hasta el centro de Madrid. En total, unos 45 minutos adicionales.

VUELTA.

13.45 - Llegada al mostrador de Madrid.
15.15 - Hora prevista del primer vuelo disponible.
15.40 - Despegue.
16.30 - Aterrizaje.
16.45 - Salida del aeropuerto.

Resumen: 3 horas más, también sin contar los desplazamientos hacia y desde los aeropuertos: otros 45 minutos más o menos.

Añadir a todo lo anterior el caos para la colocación de los equipajes de mano ya que en los embarques no se controla nada, y hay pasajeros que llevan 1 carro grande, otro pequeño, la bolsa con el "imprescindible" ordenador y la maleta "executive man".
Por supuesto no olvidemos el placer de quedar atrapado en un asiento incómodo, en el que las rodillas quedan comprimidas debido al insignificante espacio disponible, y la satisfacción humana debido a la "amplitud" del asiento que permite el tan deseado roce (agresión) humano del pasajero de al lado.
El grado de antiguedad de los aviones, que debe estar en unos 15 ó 20 años refleja el estilo señorial de los altavoces a un volumen molesto y que nos deleita con una música de gran nivel.

Como reza una de las frases publicitarias: "Una nueva forma de volar".

Pues déjenme volar con alguna de las formas antiguas, por favor.

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